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Una voz global para la ciencia en el mundo contemporáneo

Adaptado de su discurso en el lanzamiento del ISC, Craig Calhoun analiza cómo la ciencia, e incluso el conocimiento, enfrentan desafíos en el mundo contemporáneo. Este ensayo se puede leer en su totalidad en el Informe anual de 2018 del ISC, o puede ver el discurso en línea.

La creación del Consejo Científico Internacional y su misión de ser una voz mundial para la ciencia son de enorme importancia. Sin embargo, al celebrar la nueva organización, también debemos reconocer que enfrenta desafíos. De hecho, la ciencia misma e incluso el conocimiento enfrentan desafíos en el mundo contemporáneo.

Como miembros de la comunidad científica, defendemos el conocimiento basado en la investigación y la publicación de nuestra investigación para que pueda ser debatida, criticada y cuestionada. Cuando hablamos del método científico, hablamos de la combinación de lógica, evidencia y comunicación; de razonar, recopilar hechos y hacer que nuestros hallazgos estén disponibles para evaluación crítica y mejora. Esto es parte de la idea básica de la ciencia, sustentada en un compromiso con la humildad y la duda que nos permite cuestionarnos continuamente cómo lograr un mejor conocimiento.

Hoy, estos principios van acompañados de capacidades extraordinarias para generar conocimiento, con instalaciones como el CERN, nacidas de la colaboración de gobiernos y científicos de todo el mundo. Debe celebrarse la enorme expansión de las instituciones del conocimiento que permiten el avance de la ciencia. Vemos una diversificación de recursos y entornos, con científicos que van y vienen entre universidades e investigaciones corporativas, planteando nuevas preguntas sobre cómo los intereses de propiedad pueden afectar la práctica científica y la publicación.

También celebramos el uso del conocimiento. La ciencia no es solo la acumulación de hallazgos de investigación, ni siquiera el cuestionamiento continuo de esos hallazgos, también es parte de una ecología social más amplia en la que el conocimiento científico se utiliza para hacer y rehacer el mundo y sus habitantes. En el mundo contemporáneo, los avances científicos como la edición de genes están cambiando nuestra comprensión de nosotros mismos e incluso de nuestro ser físico.

Celebramos la unidad de la ciencia, incluidas las ciencias físicas, naturales y sociales; e incluyendo la ciencia básica y aplicada. La fusión de ICSU e ISSC es, en parte, un logro basado en esta idea. Sin embargo, no debemos volvernos complacientes. Hemos demostrado la unidad de la ciencia, la coherencia de una visión científica y la importancia de una voz global para la ciencia para nosotros, pero eso no significa que hayamos demostrado estos bienes en el mundo en general.

Vivimos en un mundo turbulento, en el que la idea misma de la verdad y el conocimiento se cuestiona en muchos entornos. Vivimos en un mundo que necesita una voz global más coherente para la ciencia, pero debemos preguntarnos quién está escuchando y cómo iniciar una conversación.

Solo trabajando juntos podremos hacer frente a la desconfianza de los expertos. Tenemos que admitir que a veces hemos dejado que nuestro conocimiento se vincule acríticamente con proyectos que han profundizado las divisiones. Necesitamos colaborar a través de instituciones, fronteras nacionales y jerarquías de prestigio para contrarrestar la sospecha de la ciencia y los temores de que la ciencia sea elitista. Si no trabajamos para profundizar la comprensión tanto del público como de los formuladores de políticas, corremos el riesgo de políticas y regulaciones inadecuadas. Por último, debemos reconocer el desafío de una inversión pública inadecuada en ciencia y educación.

La ciencia es vulnerable en la era de las noticias falsas. Los buenos datos se pueden manipular y tanto las declaraciones erróneas como los engaños deliberados circulan ampliamente. Debemos ser conscientes de que la verdad no siempre gana automáticamente. Los debates sobre el cambio climático son un ejemplo de cómo la desinformación persistente ha distorsionado nuestro entendimiento. Para contrarrestar el patrón del colapso de la confianza, no debemos simplemente buscar más confianza, sino confiar en fuentes confiables. Finalmente, debemos reconocer que la ciencia no es automáticamente del todo buena, y sus usos pueden ser perniciosos. Además, los beneficios de la ciencia se distribuyen de manera extremadamente desigual, tanto entre países como dentro de ellos.

La forma de enfrentar estos desafíos es fortalecer la colaboración científica. Necesitamos trabajar juntos para abordar las muchas formas de desigualdad que afectan la práctica científica, incluida la enorme disparidad en el número de investigadores en el norte y el sur globales, y en las oportunidades de acceder a la ciencia. A pesar de nuestras instituciones globales, vivimos en una era de nacionalismo renovado, lo que plantea desafíos para la colaboración y la movilidad científicas internacionales. En una era de disrupción, necesitamos colaborar a través de divisiones geográficas y de otro tipo para comprender el mundo cambiante que nos rodea.

@Craigjcalhoun

Craig Calhoun, profesor de ciencias sociales, Universidad Estatal de Arizona

Mira el discurso en línea:


Haga clic en aquí para leer el Informe Anual 2018 de ISC

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