Mientras el mundo se enfrenta a la creciente crisis de la contaminación por plásticos, las naciones se enfrentan a desafíos globales comunes. Las negociaciones en curso para un tratado jurídicamente vinculante presentan una oportunidad histórica para abordar este desafío y avanzar hacia marcos globales estandarizados para el seguimiento de la contaminación por plásticos. El seguimiento es esencial para la gestión basada en la ciencia de la contaminación por plásticos, ya que sirve como columna vertebral para evaluar los avances y exigir responsabilidades a las partes. Será vital contar con sistemas sólidos y basados en la ciencia para el seguimiento y la presentación de informes a fin de garantizar que las medidas adoptadas como parte de la aplicación del instrumento sobre plásticos mitiguen la crisis de la contaminación por plásticos.
Este blog busca explorar los elementos esenciales de un marco de monitoreo, las brechas que deben abordarse y cómo los esfuerzos del tratado pueden alinearse con objetivos de sostenibilidad más amplios para impulsar acciones efectivas contra la contaminación plástica.
La contaminación por plásticos es generalizada y afecta no solo a los océanos, sino también a la tierra, el aire y los ecosistemas. Para abordar este problema es necesario contar con datos sobre cada etapa del ciclo de vida del plástico (producción, uso, eliminación, gestión de residuos y fugas al medio ambiente) a fin de garantizar medidas de mitigación coordinadas y eficaces.
Para evaluar la eficacia de las medidas adoptadas en virtud de los tratados es necesario hacer un seguimiento de los avances logrados en su aplicación, en particular en lo que respecta a los efectos sobre el medio ambiente y la salud humana y a la sostenibilidad económica. El seguimiento debe abarcar los compromisos y las medidas adoptadas por los países, y evaluar la eficiencia de los métodos y los resultados. Un enfoque transparente, “de abajo hacia arriba”, que combine la presentación de informes nacionales con sistemas globales de monitoreo ambiental es clave. La comunidad científica puede desempeñar un papel crucial en el mantenimiento de la objetividad y la credibilidad en los esfuerzos de monitoreo.
El principal desafío consiste en identificar cuáles son los elementos clave para un enfoque coordinado del seguimiento. El seguimiento de los flujos de plástico implica examinar su movimiento en toda la economía (desde la producción y el uso hasta el comercio y la gestión de los residuos) y evaluar su destino ambiental, su comportamiento y sus impactos en la salud humana y de los ecosistemas. La recopilación exhaustiva de datos es fundamental para identificar tendencias en el uso específico de plásticos y la generación de residuos, lo que permite avanzar en la reducción de las fugas, la contaminación y los impactos asociados. Para garantizar la eficacia del tratado, es fundamental definir cómo se genera la contaminación por plásticos, establecer indicadores para medir las fuentes de fuga y fijar puntos de referencia para su presencia en el medio ambiente y los organismos.
El seguimiento debe centrarse en dos áreas clave:
El seguimiento de la forma en que los plásticos entran en la economía es fundamental para comprender su flujo a lo largo de la misma, incluidos los tipos de producción, los volúmenes de flujo, los patrones de consumo, las tasas de reciclaje y el comercio de residuos plásticos. Estos datos pueden proporcionar una base para evaluar las tendencias en el uso de plástico y la generación de residuos, medir las reducciones en la producción primaria de plástico y evaluar la transición a una economía circular segura y no tóxica. Para lograrlo es necesario que los productores y otros actores de la cadena de suministro presenten informes públicos y sean transparentes, ya que un seguimiento eficaz depende de datos accesibles y fiables.
Los hitos clave para evaluar el impacto de las medidas en la economía incluyen:
Los impactos ambientales de la contaminación por plásticos se extienden mucho más allá de la basura visible. Los microplásticos se infiltran en el suelo, los cuerpos de agua e incluso la atmósfera, mientras que los productos químicos tóxicos se filtran en los ecosistemas, amenazando la salud ambiental y humana. El seguimiento de estos impactos es esencial para evaluar la eficacia de las estrategias de mitigación. Evaluar la bioacumulación de sustancias tóxicas y el impacto del plástico en los ecosistemas es vital, especialmente en lo que respecta a las bacterias y hongos del suelo, que afectan la productividad agrícola y la seguridad alimentaria.
Los siguientes indicadores, entre otros, pueden ayudar a evaluar los riesgos y orientar los esfuerzos de mitigación:
Además, identificar y abordar las principales fuentes de contaminación por plástico es fundamental para realizar intervenciones específicas. Los indicadores relevantes incluyen:
El marco de seguimiento del tratado debe alinearse estrechamente con los compromisos internacionales existentes para garantizar la coherencia con los objetivos globales de sostenibilidad y mejorar su impacto general.
La incorporación de métricas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como el ODS 12.5, centrado en la reducción de desechos mediante el reciclaje y la reutilización, y el ODS 14.1, centrado en la reducción de la contaminación marina causada por actividades terrestres, puede respaldar el seguimiento del progreso y, al mismo tiempo, respaldar el logro de objetivos globales más amplios para el desarrollo sostenible.
El tratado también puede abordar los objetivos del Marco Mundial para la Diversidad Biológica (MBB), en particular la Meta 7, que aborda la necesidad de reducir los riesgos de contaminación, incluidos los planteados por los plásticos. El seguimiento de la densidad de basura marina y de los microplásticos en las columnas de agua proporcionará datos esenciales para evaluar y mitigar los impactos en la biodiversidad y la salud de los ecosistemas. Además, la inclusión de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con los plásticos puede garantizar la alineación con los compromisos climáticos internacionales y reforzar la interconexión entre la lucha contra la contaminación por plásticos y la mitigación del cambio climático. Promover la colaboración con la OMS, la FAO y otros organismos de las Naciones Unidas es esencial para hacer un seguimiento de los impactos en la salud y los ecosistemas.
A pesar de las valiosas iniciativas regionales y nacionales, aún existen importantes lagunas en el seguimiento de la contaminación por plásticos. La fragmentación es un problema importante, ya que los sistemas funcionan de forma independiente y carecen de metodologías estandarizadas, lo que dificulta la comparabilidad de los datos entre regiones y períodos de tiempo, así como las evaluaciones globales. Además, el seguimiento suele realizarse en zonas limitadas o en momentos específicos, lo que deja lagunas en la comprensión de cómo varía la contaminación por plásticos a nivel mundial y estacional.
Los esfuerzos de monitoreo también se centran desproporcionadamente en los ambientes marinos, dejando los ecosistemas terrestres y atmosféricos sin explorar. Además, muchos estudios y sistemas de monitoreo se centran en desechos de mayor tamaño, descuidando los microplásticos y nanoplásticos, que tienen impactos generalizados en los ecosistemas y las cadenas alimentarias. Este desequilibrio crea puntos ciegos a la hora de comprender la magnitud y los impactos de la contaminación por plásticos.
Un desafío clave en el monitoreo de microplásticos y nanoplásticos es la dificultad y el alto costo de extraer partículas pequeñas, por ejemplo de bioindicadores, y cateterizar sus polímeros. Además, las tecnologías actuales a menudo carecen de la sensibilidad y precisión necesarias para medir estas partículas con precisión, lo que deja brechas críticas en la evaluación de su prevalencia e impacto.
A Para superar estos desafíos y establecer un marco de seguimiento sólido, el tratado debería incorporar varias medidas clave.
en primer lugar, protocolos estandarizados Se necesitan datos para rastrear la contaminación plástica en todos los compartimentos ambientales de manera consistente, asegurando que los datos recopilados a nivel mundial sean comparables y confiables.
En segundo lugar, sistemas de datos transparentes y de acceso abierto El uso de paneles y bases de datos públicos puede hacer que los datos de monitoreo estén disponibles para todas las partes interesadas, lo que posibilita esfuerzos colaborativos para combatir la contaminación plástica y empoderar tanto a los responsables de las políticas como al público para impulsar el cambio.
Tercero, un centro digital global Debería crearse un organismo internacional para integrar y analizar los datos sobre el ciclo de vida del plástico recopilados de distintos niveles y partes interesadas. Este centro debería Aprovechar los marcos existentes, como el Sistema Integrado de Observación de Desechos Marinos (IMDOS), para garantizar que los esfuerzos del tratado se alineen con los marcos existentes y se basen en ellos, mejorando la eficiencia y evitando la duplicación.
En cuarto lugar, comunidades locales, en particular en áreas remotas, puede aportar datos de base valiosos para complementar los esfuerzos científicos. Si bien es un desafío, la capacitación y la estandarización efectivas pueden ayudar a incorporar la ciencia ciudadana en los sistemas de monitoreo formal, mejorando la calidad y la cobertura del monitoreo.
Finalmente, financiación sostenible Es fundamental fortalecer los sistemas de vigilancia a largo plazo y la recopilación de datos. La inversión en tecnologías avanzadas, como la cartografía por radar de los desechos plásticos o las tecnologías de sensores para la detección de microplásticos, puede mejorar la vigilancia. El mecanismo de cooperación financiera y técnica previsto en el tratado debería respaldar los esfuerzos para mejorar la vigilancia de la contaminación por plásticos.
El ISC se ha comprometido a promover un instrumento sólido y jurídicamente vinculante para poner fin a la contaminación por plásticos, basado en las últimas evidencias científicas. A través de una colaboración activa con los Estados miembros, el ISC está trabajando para garantizar el acceso a conocimientos científicos integrales que abarquen las ciencias naturales y sociales.
El grupo de expertos del ISC sobre contaminación plástica ha coordinado activamente contribuciones relevantes para las políticas, presentando declaraciones y aportes escritos, organizando eventos paralelos y mesas redondas, participando en talleres regionales y trabajando estrechamente con delegaciones nacionales durante el período entre sesiones previo al INC-5.
Imagen de ANTONIO GIRET on Unsplash
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