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Descubriendo siete ingredientes para catalizar la investigación orientada a la misión con la Universidad de Monash

Inspirada por el informe del Consejo Científico Internacional (ISC) "Liberando la Ciencia: Cumpliendo Misiones para la Sostenibilidad" y el llamado global sobre cómo las universidades y la ciencia pueden abordar los ODS, la Universidad de Monash se ha embarcado en un viaje para impulsar la investigación orientada a la misión. Mediante un análisis exhaustivo de 12 estudios de caso a lo largo de 15 años, con una inversión de mil millones de dólares en investigación y más de 1 académicos, Monash identificó siete ingredientes clave para impulsar una investigación impactante que aborde los desafíos globales más urgentes.

Si realmente queremos abordar los complejos problemas que tenemos ante nosotros (curar enfermedades, aprovechar la IA para el bien, abordar la polarización social, mitigar y adaptarnos al cambio climático y revertir la pérdida de biodiversidad), entonces la investigación necesita niveles sin precedentes de colaboración científica e innovación. 

El Consejo Científico Internacional (ISC) Misiones científicas para la sostenibilidad Adoptó un enfoque audaz y novedoso para unir ciencia, políticas y sociedad en pos de un futuro sostenible y equitativo. Este enfoque, basado en desafíos, que colabora estratégicamente con los distintos sectores de financiación y auna recursos, abrió el debate sobre cómo maximizar el impacto y la eficiencia de las misiones de investigación. 

Inspirado por esto, La Universidad de Monash ha publicado un marco Sobre la catalización de la investigación orientada a los desafíos. Basado en 15 años y más de mil millones de dólares en inversión en investigación, el informe se basa en 1 estudios de caso que incluyen la labor de más de 12 académicos.  

Algunos de los estudios de caso incluyen:  

  • El Programa mundial de mosquitos, investigando cómo la bacteria Wolbachia puede eliminar las enfermedades transmitidas por mosquitos, lo que ha protegido más de 10 millones de vidas hasta ahora 

El marco presenta siete ingredientes clave que permiten a las universidades catalizar misiones para enfrentar desafíos complejos. 

Ingrediente 1: La excelencia y el impacto de la investigación son la piedra angular de la catálisis  

Los socios externos valoran enormemente la capacidad de las instituciones de investigación y universidades para aprovechar sus experiencias y capacidades previas, demostrando una sólida trayectoria de excelencia investigadora y colaboración interdisciplinaria. Las colaboraciones previas y los compromisos interdisciplinarios del equipo de investigación constituyen indicadores importantes de la disposición a la inversión. Sin embargo, las iniciativas deben desarrollarse e impulsarse en función de las ambiciones y los objetivos de los socios para generar un impacto sectorial y social más allá del ámbito académico. Esto incluye la comunicación de las vías de transferencia de la investigación y las prácticas de investigación responsables, como la transición de la garantía de licencia social a la creación de valor social. 

Ingrediente 2: El liderazgo transformacional subraya el papel fundamental del liderazgo visionario y proactivo 

El liderazgo para la investigación orientada a la misión no depende explícitamente de un único líder carismático. En cambio, a menudo requiere un enfoque colaborativo de "ciencia de equipo", donde el liderazgo se distribuye entre diversas partes interesadas, fomentando la sinergia y la responsabilidad compartida para impulsar ambiciosas agendas de investigación. Los líderes académicos requieren perspicacia ejecutiva y habilidades de gestión sensibles, así como la capacidad de alinear los plazos, las expectativas y las prioridades de los socios para mantener la cohesión y el impulso incluso en períodos de incertidumbre. 

Ingrediente 3: Relaciones externas y creación de consorcios para beneficio mutuo 

Cultivar alianzas a largo plazo que trasciendan los proyectos transaccionales o las colaboraciones programáticas es fundamental. Las iniciativas orientadas a una misión suelen requerir una combinación de alianzas y financiación (p. ej., gubernamentales, filantrópicas, corporativas) para garantizar el máximo impacto social y la adhesión a la sostenibilidad a largo plazo. Esto se puede lograr colaborando con socios y partes interesadas para identificar y abordar sus necesidades, comprender a fondo sus prioridades, fomentar la generosidad en el intercambio de conocimientos y fomentar la confianza interpersonal para fomentar relaciones de colaboración que beneficien mutuamente. 

En el informe Monash, muchos de los casos cuentan con financiación de consorcios, incluyendo a los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda, organizaciones benéficas líderes a nivel mundial, como la Fundación Bill y Melinda Gates, Wellcome Trust, el Banco Asiático de Desarrollo y la Fundación McCall McBain, así como socios filantrópicos e industriales australianos clave, como la Fundación Paul Ramsay, Woodside Energy y Peninsula Health. Esto genera un compromiso de copropiedad de misiones y vías de impacto.  

Ingrediente 4: Espíritu emprendedor para navegar la complejidad y aceptar el riesgo 

Las universidades y sus investigadores deben ser audaces, desafiar las convenciones, asumir riesgos calculados y demostrar resiliencia personal y organizacional ante los reveses y cambios para catalizar con éxito las misiones de investigación. Esto requiere un entorno y capacidades que fomenten la innovación mediante flexibilidad, agilidad y apoyo para aventurarse más allá de la trayectoria profesional académica convencional. Las redes externas ayudan a identificar los desafíos sociales y a desarrollar conjuntamente preguntas de investigación clave mediante un diseño colaborativo inclusivo. Se valoran la iteración, la experimentación y la creación rápida de prototipos, guiados por marcos ágiles de monitoreo, aprendizaje y evaluación (MEL). Pero también requiere interrogar los niveles de riesgo en diferentes grupos, especialmente las implicaciones para las comunidades y los más vulnerables, quienes a menudo tienen más que perder si las misiones no cumplen plenamente sus ambiciones.  

Ingrediente 5: Apoyos institucionales e innovación para navegar dinámicas y superar barreras 

Crear un entorno propicio para la colaboración transdisciplinaria requiere trabajar más allá de las fronteras verticales tradicionales (p. ej., disciplinas, facultades, escuelas) para fomentar la integración horizontal en toda la organización. También requiere sistemas con objetivos claros y sistemas de rendición de cuentas para evitar una mayor fragmentación. Los institutos y centros de investigación pueden proporcionar estos espacios de colaboración, donde los líderes sénior desempeñan un papel crucial. El apoyo de los líderes institucionales les permite ayudar a gestionar la dinámica institucional, abordar conflictos, movilizar apoyo y recursos, y superar obstáculos burocráticos internos. 

Ingrediente 6: Equipos 'Tigre' dedicados, diversos y con recursos para dominar los silos y generar impacto  

Superar los silos tradicionales de experiencia que dominan la estructura de las instituciones de investigación y universidades requiere la formación de nuevos equipos. Compuestos por expertos especializados que combinan desarrollo de negocio, liderazgo, estrategia y diseño de investigación, los "equipos tigre" son pequeños y ágiles, listos para aprovechar las oportunidades cuando surgen, mantener el impulso y diseñar estrategias eficaces con el liderazgo para convertirlas en realidad. Es fundamental contar con sólidas habilidades de colaboración, dada la escala, la complejidad y la ambición de estas misiones, así como el amplio codiseño que se requiere con los socios de los consorcios y las comunidades. Otras habilidades clave incluyen la negociación, la resolución de conflictos y la gestión de compensaciones para traducir la visión estratégica en impacto operativo. 

Ingrediente 7: Pensar y trabajar políticamente en diversos contextos  

Comprender las dinámicas de poder es crucial para el éxito de la misión. Inspirado en el pensamiento y el trabajo político en el desarrollo internacional, este elemento reconoce la importancia de una gestión matizada de los factores políticos. Para lograr un impacto sostenible, las universidades deben cultivar relaciones efectivas con quienes ostentan el poder e influir en la toma de decisiones, las políticas y los procesos de inversión más allá de su ámbito de influencia inmediato. Esto incluye escuchar atenta y activamente, especialmente a los gobiernos y a los socios comunitarios, para comprender las necesidades de financiación, la aplicación de la investigación y las vías de impacto político. También implica estar suficientemente preparados para aprovechar las oportunidades inesperadas cuando surjan y aprovechar las conexiones y redes interpersonales.  

Hacer misiones porque es lo correcto  

La investigación orientada a la misión nos permite generar cambios positivos y compartir nuestro propósito de impacto con las partes interesadas. Responde a nuestro contexto global actual y a los complejos problemas que enfrentamos, que exigen formas de colaboración más sofisticadas. Requiere una mayor tolerancia al riesgo, enfoques más innovadores para las alianzas externas de financiación, el codiseño y la implementación de soluciones.  

Pero no es fácil. Requiere trabajar con múltiples disciplinas, sectores y, a menudo, culturas y países. Es difícil incorporar expertos y repetir cuando se desconoce el futuro. Las misiones de investigación no son la panacea ni son apropiadas para todas las iniciativas. Sin embargo, invertir en un enfoque orientado a la misión es lo correcto y puede ayudarnos a resolver algunos de los grandes desafíos de nuestro tiempo. 


Investigación e innovación dirigidas por la universidad y orientadas a la misión

Universidad Monash


Foto por mamá larga on Unsplash